viernes, 4 de julio de 2008

ARRAIGO Y DESARRAIGO


¿Por qué será que hay veces en que me siento tan apartada del mundo?¿Por qué razón a veces me siento invisible? Hay veces en que nada me importa, veces en que todo importa, aún los detalles más pequeños, esos que sí valen... Hay personas que son parte del mundo, hay otras que sueñan con excluirse de toda actividad humana, restringen sus roces sociales a cero, y hay aún otros que no saben que inventar para estar en el centro del mundo.. a veces pertenezco a uno, a veces pertenezco al otro, pero nunca estoy completamente segura de quien soy o qué quiero, y cuando estoy segura de lo que soy o lo que quiero, ocurre algo que me devuelve al limbo de la inseguridad...

El arraigo es algo relativamente fácil de lograr, apegarse a las cosas terrenales, a los recuerdos o a las personas es algo totalmente cotidiano; vivir el desarraigo es algo traumático, dejar de vivir en un lugar, dejar de ver a tus vecinos, dejar de ver a quienes son importantes, percibir olores conocidos y sufrir porque en un nuevo lugar no encuentras nada con qué reconocerte, hasta extrañas al vecino con el que solías discutir por cualquier cosa, hasta desearías percibir el olor de la basura de tu barrio...

Hay desarraigos y desarraigos, esa es la verdad: está aquel obligado, miles de personas saliendo en tropel en territorio de guerra, hacinados, hambrientos, sufrientes personajes con rostros convenientemente desconocidos. Hay desarraigos voluntarios: un cambio a una casa nueva, un viaje al extranjero.. pero hay desarraigos que tienen que ver con lo que no se ve, con lo que está dentro de cada uno, con lo que nos identifica, nos hace bien o mal: La casa paterna, la ruptura con la pareja, el conflicto con los amigos... ¿Cómo reinventarse después de eso? ¿Cómo volver a un sitio común?. Si alguien tiene la respuesta desearía que lo dijera (si dejo de ser invisible por algún día)

La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar...