miércoles, 25 de febrero de 2009

Mujeres en la Historia I

No se trata de feminismo, esa palabra que los hombres temen pero disfrazan con sonrisa despectiva, pero la historia de género no ha podido traspasar de allí, se ha quedado en un rincón sin posibilidad de equiparar a mujeres y hombres, de establecer una historia que reconozca- indistintamente- el aporte que se ha hecho a la cotidianidad, a la ciencia, al arte, la poesía, la política y la filosofía, por nombrar algunas... nos hemos olvidado de que fueron las mujeres las que lograron domesticar a los animales y establecer los primeros cultivos por allá en el 10.000 a.c, mientras los hombres se preocupaban de abastecer de carne el hogar, sin la agricultura y la ganadería no hubiera existido la sociedad tal como la conocemos hoy. En Grecia y Roma las mujeres estaban relegadas al espacio doméstico, sin embargo, cuando la situación lo ameritaba- generalmente en caso de guerras o de catástrofes- eran ellas las que se alzaban contra el enemigo y arengaban a los hombres a enfrentarse sin miedos al enemigo por la patria. En la Edad Media y parte de la Moderna, las mujeres alimentaban diariamente las hogueras de la Inquisición ¿Todas las mujeres eran brujas? Claro que no, el argumento era mucho más profundo que eso pero jamás lo renocieron; la Iglesia veía con malos ojos este creciente poder del que gozaban las mujeres hechiceras y brujas. Reyes, mendigos, soldados y comerciantes acudían en masa a solicitar consejo a estas hechiceras que arrebataban influencia al cura local, en una época en que Iglesia y poder político estaban fuertemente ligados. ¿Por qué calificar a las mujeres como inferiores y castigar a quiénes pensaban lo contrario? ¿Por qué atacar a la mujer y no reconocerle el derecho a pensar y a opinar en su propia casa? La razón es una sola: el poder.
No sin razón Marx veía la historia como la lucha entre dos clases: la explotada y la explotadora; Foucault por otra parte, establece que la historia consiste principalmente en la lucha por este poder escurridizo... en fin, Maquiavelo aconsejaba al príncipe como conquistar el poder y mantenerlo: bajo esta premisa, innegablemente los hombres del medioevo perdían poder, posición y prestigio a favor de las mujeres, la consigna era una sola, o vencer o morir. Optaron por lo último, condenando a millones de mujeres a morir en la hoguera simplemente por el hecho de ser mujeres. Se viene a la mente ese pasaje del libro "El Príncipe Mendigo" de Mark Twain, donde el Rey Eduardo le pide a una mujer encarcelada- bajo el cargo de "bruja"- que se quite los calcetines y haga llover, en recompensa, éste le ofrecía mucho dinero; naturalmente, la mujer por más que lo intentó, no logró hacerlo...
A menudo, se piensa en la "mujer histórica" como en una mujer de salón, con ropajes ricos, sin educación, sin opinión, sin derecho a amar y a ser amada, negando la existencia de esas mujeres que lucharon codo a codo con los hombres contra los enemigos de su patria, aquellas como Lucía que por defender su honor, ante un senado compuesto, evidentemente, sólo de hombres, prefieren dar la vida que vivir con la deshonra de la duda.
George Duby desarrolla el tema del linaje en el siglo XII a partir de diversas mujeres- de buena y de mala reputación- que incidieron en la formación de las grandes familias de Europa: reyes, soldados , mercaderes, navegantes, papas, que deben su círculo socio- económico precisamente a las mujeres que pretendían ignorar. La mujer en este sentido, representaba un valor importante que el dinero no podía comprar (a pesar del complejo sistema de dotes existente) pero que, claramente, aseguraba un largo e importante porvenir a quien la poseyera.
En esa época ser mujer no era una tragedia- como nos ha hecho creer la historia tradicional- tenía el control del dinero y del poder político, podía darse el lujo de ser la amante del rey al tiempo de estar legalmente casada con un rico comerciante, podía ser soltera el resto de la vida mientras se mantuviera ligada, sentimentalmente, a un Conde o a un hombre influyente. En opinión de Duby, esta importancia de la mujer se rebelaba tal vez no en vida, pero sí en el homenaje que los hijos, nietos y todos los del círculo familiar realizaban en honor a sus antepasados, incluídas mujeres. Si la historia es una relación de poderes ¿Por qué la mujer no figura de manera más equitativa en ella? Es la tarea que la Historia tiene que resolver...