viernes, 1 de mayo de 2009

SUJETOS SUBALTERNOS

¿Qué es la Historia sino una fábula consensuada? afirmó Napoleón en una oportunidad y la verdad es que la Historia- tal y como la conocemos- tiene mucho de fábula... desde sus orígenes el Padre de la Historia, Heródoto, afirmaba la importancia de la disciplina para no volver a repetir los mismos hechos del pasado, la misión pedagógica y moral de la Historia fue la que guió la disciplina en los primeros siglos de Academia: una Historia de "hechos y hombres importante", una Historia nacionalista y oficial. Una Historia que "moralizaba" al pueblo.
Esta "fábula consensuada" carece, sin embargo, de verdadero consenso. No hay consenso en la Historia desde el momento en que los hechos son interpretados de distinta manera, por los distintos actores; no puede haber consenso cuando en una guerra se enfrentan distintos bandos. El consenso al que se referia Napoleón está inmerso en el nivel de la Historia como se piensa, como se escribe y como se enseña. Sin embargo, el más peligroso de los niveles es el de la enseñanza pues, a través de ésta, reproducimos toda la carga ideológica que tenemos. Evidentemente, a nivel estatal, esto se convierte en un aparato ideológico necesario y poderoso que, en ocasiones, ha sido fundamental para mantener el equilibrio de un gobierno.
En esta fábula consensuada que es la Historia, sólo existe el consenso desde las elites dirigentes: sus cosmovisiones, sus deseos, sus ideas políticas, sus intereses etc, se plasman en la Historia que se enseña, se reproduce en textos que llegarán a miles de aulas y que los niños contarán en sus casas y que, al crecer, enseñarán a sus hijos, perpetuando por siempre una fábula que representa la visión del mundo de una realidad ajena a la mayoría.
La importancia de la Historia oficial está en el daño que hizo a una generación completa en nuestro país, crecimos hablando del heroísmo de militares, de la importancia de España para nuestra sociedad, sin embargo, esa Historia omitió contarnos de aquellas mayorías- que sin uniformes ni emparentados con la nobleza- permitieron concretar todos los proyectos liderados por las elites de nuestro país ¿Cuándo será el momento para comenzar a contar la fábula con todos los actores? Con real admiración, rescato la tarea que emprendieron muchos cientistas sociales Indios y Latinoamericanos de retomar la fábula pero ahora, haciendo reflotar esos silencios que la Historia oficial acalló por conveniencia o por orgullo.
Sin embargo, pocos sujetos subalternos pueden hablar por sí mismos, sus cartas, sus testamentos, sus relatos e incluso sus acciones fueron borradas, extinguidas por un afán de poder que no pudo- aunque lo intentó- hacer desaparecer de la memoria popular, las hazañas de estas mujeres y hombres que hoy mudos, hacen oír sus voces incluso, desde los márgenes de la Historia oficial. Estos sujetos subalternos, marginados por la Historia oficial, tienen su Historia, no tanto en el nivel de la escritura y la enseñanza, sino en el nivel del cómo se piensa la Historia; poseen la experiencia, el sufrimiento y la alegría derivadas de las decisiones de las elites. Algunos historiadores y otros cientistas sociales, han penetrado en ese fascinante terreno: la posibilidad de repensar la Historia, de reescribirla, de enseñar algo nuevo está ahí, los Sujetos Subalternos ahora, son los conductores de este espacio existente en esta fábula no consensuada...