lunes, 28 de abril de 2008

El Agua que Suena

En la época colonial el actual pueblo de Rapel de Navidad, antiguamente llamado "Pueblo de Indios", pasó de status a status. En un comienzo, no era más que una simple aldea, entregada en conjunto a distintos españoles como parte de su encomienda. De sus orígenes se sabe muy poco: que fue mencionado por Valdivia en el primer reparto de mercedes de tierras, que habitaban en él indios mapuches (llamados picunches por los de su pueblo) que poca resistencia ofrecieron al conquistador, que los incas habrían llegado a estas tierras y sólo se habrían guiado por el rumor del agua que sonaba, revelando ante ellos este lindo valle... Lo cierto es que en 1780 (mismo año en que se comenzaban a desarrollar rebeliones indígenas en el norte del virreinato, incluyendo Chile) luego de haber pasado del status de aldea al de pueblo de indios, alcanzó notoriedad oficial al realizarse una "visita" donde quedó patente el bajo número de indios que allí habitaban; muchos de los indios se retiraban a otros pueblos o en un triunfo más del mestizaje la cantidad de indios había disminuido por esta causa. Sin embargo, los conflictos por el poder también tendrían injerencia en esta baja de población.
Durante la Visita se presenta una queja por el cacicazgo de Rapel, Silverio Millategua reclama este status ente el funcionario Real que poco o nada logra esclarecer- a juzgar por los documentos vistos- sin embargo nos entrega un cuadro bastante gráfico acerca de las motivaciones de cierto sector de la población para abandonar este valle que resultaba muy adecuado para vivir. Los conflictos intestinos no cesaron hasta que la Corona española restituye dicho cargo a Silverio Millategua, aunque la pugna estaba instalada y de ahí en adelante la sucesión ya no será evidente. La población natural y mestiza comienza a usar contra su propio pueblo la legalidad española, hasta llegar a los tiempos de la Independencia, donde el afán de construir nación excluye a los indios bárbaros, haciendo desaparecer por la vía legal, a los pueblos de indios. Rapel, el pueblo del "agua que suena" y de la "tierra gredosa" desaparece de los archivos legales, para hundirse en el estilo de vida de Europa. El Registro Civil hace desaparecer los nombres indígenas, obliga a cumplir con los ritos europeos pero no puede hacer desaparecer las huellas de una identidad que aún hoy- a pesar de tantos años y tantas imposiciones- persiste a través de espacios de Arte, Literatura, Historia y opinión ...

La Famosa Pildorita


Sin ánimo de entrar en polémicas, estoy aburrida del tema de la llamada "píldora del día después", no digo que no sea un tema importante, pero lo que me indigna es que hoy en día es "top" tener una postura de aprobación total al reparto de la píldora, todos aquellos que tenemos ciertos reparos somos calificados de "Opus Dei", "retrógados", "moscas muertas" o todos aquellos apelativos que indican lo que esas personas creen: que ellos están bien y los demás están mal. ¿Hasta cuándo hay que justificar la diversidad? ¿Hasta cuándo es retrógado defender lo que uno piensa y cree? ¿Hasta cuándo debemos ser homogéneos en cuanto a pensamientos y actos?. El tema de la píldora es serio, es una cuestión de conciencia. Malo que sólo algunos tengan acceso a ella, malo que aún no haya un resultado definitivo en cuanto a si es abortiva o no, malo que se haya politizado el tema (como todo en este país) pero más negativo es que se nos quiera obligar a pensar de un modo que no queremos. La que quiera tomar la píldora que lo haga, y para eso es necesario tener acceso igualitario a ella, pero también es necesario educar en la responsabilidad, educar en la aceptación de todo tipo de pensamiento y actuar de acuerdo a lo que se cree.

La que quiera tomar la píldora que lo haga, pero necesitamos saber que hay detrás de ella, necesitamos saber que hay otras opciones y, sobre todo, no dejarse llevar por la ola.

Parto del supuesto que nadie es conocedor de la verdad, nadie es dueño de ella, ni nadie piensa igual al otro ¿Por qué entonces habrá gente que aún leyendo esta simple opinión me califique con apelativos quizás peores de los que mencioné al comienzo? No se trata de religión, de política, de machismo u otras cosas, se trata de entender que en una nación tienen cabida todas la opiniones y que nadie tiene derecho a decirme que está bien o que está mal...


Karin

miércoles, 2 de abril de 2008

MEMORIA E IDENTIDAD


Hace algunos días que estoy tratando de este tema en el Colegio donde trabajo, pero no logro hacerme entender bien, o simplemente la memoria es algo tan complejo que no todos la entendemos igual; y la identidad se forja a partir de la lectura de nuestras vidas.

A mis 28 años (próximos a convertirse en 29) creo que no he vivido ni la mitad de lo que muchas de mis alumnas han vivido. Sus memorias vivencian dolores profundos, separación, rechazo, llanto y desprecio. Aún así es admirable ver sus caritas adolescentes sonriendo cuando se les hace ver que han hecho algo valioso, o cuando se sienten valoradas, tomadas en cuenta, queridas...

Nunca me había dado cuenta cuanto de mí había en mi abuelita muerta hace poco, la extraño, hubiera querido decirle tantas cosas si se hubiera podido, pero su memoria estaba perdida vaya a saber uno donde. Cuando leí las vivencias de mis alumnas, en cada abuelita fallecida, en cada papá separado, en cada niña rechazada reconocí a Pepita. He llorado mucho por ella cuando creí que las lágrimas estaban congeladas en mí, la sueño cuando estaba viva: alegre, riendo a carcajadas con esa risa tan especial, gordita, sentada a la mesa comiendo algo rico, jugando con los nietos siempre revolteando alrededor. Ella es mi raíz, es parte de mi memoria, me armó- Junto con mi abuelo- de mi identidad, de mi esencia. Conservo su nariz, igual, de "extranjero" como dicen por allí, de Pepita como digo yo ahora que ya no está. Conservo sus palabras pronunciadas años atrás con su memoria intacta, perfecta, llena de anécdotas. Ahora Pepita trataré de conservar en mi memoria la tuya, rescataré de tí todo lo bueno que no supe apreciar, cuidaré de tu compañero de 59 años lo más que pueda. Le enseñaré a mis alumnas que la memoria y la identidad están allí donde la alegría y el dolor se unen, allí donde estoy ahora, sintiendo la inmensidad de la pérdida, pero con la tarea de rescatar las memorias de todos quienes te conocieron, rescatar tus memorias y hacerlas presentes para no olvidarte jamás...