lunes, 28 de abril de 2008

La Famosa Pildorita


Sin ánimo de entrar en polémicas, estoy aburrida del tema de la llamada "píldora del día después", no digo que no sea un tema importante, pero lo que me indigna es que hoy en día es "top" tener una postura de aprobación total al reparto de la píldora, todos aquellos que tenemos ciertos reparos somos calificados de "Opus Dei", "retrógados", "moscas muertas" o todos aquellos apelativos que indican lo que esas personas creen: que ellos están bien y los demás están mal. ¿Hasta cuándo hay que justificar la diversidad? ¿Hasta cuándo es retrógado defender lo que uno piensa y cree? ¿Hasta cuándo debemos ser homogéneos en cuanto a pensamientos y actos?. El tema de la píldora es serio, es una cuestión de conciencia. Malo que sólo algunos tengan acceso a ella, malo que aún no haya un resultado definitivo en cuanto a si es abortiva o no, malo que se haya politizado el tema (como todo en este país) pero más negativo es que se nos quiera obligar a pensar de un modo que no queremos. La que quiera tomar la píldora que lo haga, y para eso es necesario tener acceso igualitario a ella, pero también es necesario educar en la responsabilidad, educar en la aceptación de todo tipo de pensamiento y actuar de acuerdo a lo que se cree.

La que quiera tomar la píldora que lo haga, pero necesitamos saber que hay detrás de ella, necesitamos saber que hay otras opciones y, sobre todo, no dejarse llevar por la ola.

Parto del supuesto que nadie es conocedor de la verdad, nadie es dueño de ella, ni nadie piensa igual al otro ¿Por qué entonces habrá gente que aún leyendo esta simple opinión me califique con apelativos quizás peores de los que mencioné al comienzo? No se trata de religión, de política, de machismo u otras cosas, se trata de entender que en una nación tienen cabida todas la opiniones y que nadie tiene derecho a decirme que está bien o que está mal...


Karin

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