viernes, 23 de enero de 2009

Un Caballito Naranja

Este blog comenzó con la idea de escribir o narrar historias que forman parte de la Historia, aquella que muchas veces no consideramos realmente Historia, sino simples cuentos... esto que voy a relatar es real, aunque su origen sea un sueño... En fin, dicen que los niños son lo más puro que hay en el mundo, la sonrisa de un niño es mágica, sus sueños aún más..
A unos pasos del río, la escuelita figura ahora con un nuevo integrante, parece que trota, parece que está feliz... es un caballo color naranja, algunos lo miran indiferente. Los adultos: ¡Cómo un caballo naranja! los niños no reparan en esos detalles pequeños: un caballo lindo... un caballo nuestro, un caballo en nuestra escuela.
Los caballitos naranjas son especiales- recuerdo uno que vivió mucho tiempo en casa- fue comprado en la ciudad, dejó sólo a su compañero verde limón, que lo despidió mirándolo curioso saltando en su única pata de palo... este caballito naranja dormía en un cama, acompañaba a su dueño a las más increíbles aventuras, nunca tenía sed, nunca comía... era especial....
Este caballito naranja- el de la escuelita- se alimenta de otras cosas, come otras cosas: come cariño, pero no cualquier cariño: cariño de niño, el más difícil de ganar... este caballito se lo ganó ¿Qué hizo? me gustaría saberlo. Los niños lo vieron en su origen, les gustó, lo acariciaron, soñaron con él, imaginaron aventuras juntos y se despidieron. Una promesa realizada en ese instante concretó el sueño después... el caballito escuchó los sueños, sintió el cariño... los niños lo vieron llegar al galope, con sus crines (especiales por cierto) al aire, su cuarta patita revela el salto con el que parece acercarse a cada uno...
¿Cuál será el futuro del caballito? ¿Lo recordarán los niños que lo conocieron en su origen, que soñaron con él, qué escucharon esperanzados la promesa? Independientemente de lo que suceda, tengo la sensación de que el caballito naranja los esperará fielmente en la entrada del colegio para saludarlos alegremente, como si el tiempo no hubiera pasado. Así son los caballitos color naranja...

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